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viernes, 3 de enero de 2014

¿AÑO NUEVO... VIDA NUEVA?



  PROPÓSITOS 
Y  METAS   
AL  COMENZAR  EL  AÑO

Cambiamos de agenda y calendario y parece que nos sentimos invitadas e invitados a plantearnos cosas nuevas. El año que pasó, queremos dejarlo atrás (casi nunca nos satisfizo al 100 por 100) y, casi inevitablemente, siendo más o menos conscientes, nos preguntamos: ¿y qué será para mí el año nuevo?, ¿qué le pido al año que ahora comienza?, ¿qué proyectos o planes positivos me gustaría que se hiciesen realidad?


Es casi un tópico: a año nuevo, vida nueva. Bueno, lo que yo pienso es que esta fecha, como alguna otra que sea un tanto representativa en nuestras vidas, puede ser una buena ocasión para plantearnos proyectos nuevos. Y puede ser significativa la fecha en que cumplimos años o el aniversario de algún acontecimiento importante en nuestra vida (tantos años de casados o de vida profesional, por ejemplo). Ocasiones únicas para darnos un baño de propósitos y establecer ciertas METAS que nos indicarán un camino a seguir, a partir de ese momento. Pero lo hemos de asumir con el propio compromiso de empeñarnos en lograr “eso que queremos” a cabalidad.

Pero no es serio hacer algo cuando nos lo dice la publicidad o es el vecino de enfrente (que hasta puede llamarse Vicente…) que ¡tenemos que cambiar! Porque lo cierto es que si queremos cambiar algo, somos nosotros los que debemos decidir cuándo y cómo.
 
 
 
Todas y todos, cada una, cada uno, somos personas únicas. Y mis planes son míos, tal como tus planes son tuyos, todos íntimos. Podemos compartirlos, si así lo queremos y decidimos, pero nadie debe decidir por nuestra cuenta.

Otra cosa importante a tener en cuenta es que: si queremos cambiar algo, no es buena idea hacerlo en bloque o con objetivos utópicos. Si, de verdad, queremos cambiar algo, debemos tener un plan: una Meta y unos  objetivos intermedios, establecidos con fecha de cumplimiento.

Sabiendo que las Metas no llevan a ningún lugar sin un plan de acción, ya que es éste el que nos marca los pasos necesarios para alcanzar nuestros objetivos.

 

La esencia de un buen plan de acción está en comenzar a partir de una meta a largo plazo, estableciendo el resultado que se quiere alcanzar, pero luego se han de desglosar unos objetivos intermedios a realizar para llegar a esa meta.

La idea es: desglosar el objetivo final en objetivos intermedios a lo largo del tiempo; siempre teniendo en cuenta (repito) que en todo plan de acción deben establecerse unas fechas para cada acción a emprender, así como unos indicadores de seguimiento para ir midiendo su cumplimiento. Desmenuzando el objetivo todo lo posible: cuanto más pequeñas sean las tareas a completar, más sencillo será hacerlo.

 

Y volviendo a lo de “año nuevo…”, lo cierto es que cada vez que empezamos un año, se nos recuerda que tenemos, una vez más, la oportunidad de volver a empezar. Tal vez porque el cambio de fecha posee algún “mágico componente” que nos facilitará las cosas para que seamos capaces de entrar en el próximo año con nuevas fortalezas…

Pero no vamos ni a perder peso, ni a recuperar el contacto con amistades medio perdidas, ni terminaremos de escribir ese libro, o simplemente vamos a ser más felices…, simplemente porque es año nuevo.
 
 
En primer lugar porque los cambios personales no pueden ser abordables en grupo, sino de uno en uno. Todos juntos y al principio de año, porque toca, no.

Así es que, si tenemos cosas que mejorar (que seguro que sí) y queremos plantearnos “hacer algo” ahora que comienza el año, bien. Pero no queramos abarcar demasiado. Esto como con los “paneles de esperanza” o “mapas del tesoro” (tema tratado en anterior ocasión), es mejor centrarse en un único objetivo a conseguir, en un solo propósito que pretender abordar toda la lista de “deseos pendientes”.

 
 
 

AÑO NUEVO..., ¿VIDA NUEVA?


 

Pues no.

No me da la gana.

Yo no quiero

otra vida: quiero

ésta que tengo,

entera, con dignidad.

Una vida ya

a medio transcurrir.

Una vida en la que he aprendido

muchas cosas

y tantas también he sabido olvidar.

 

Soy consciente de que

cometí errores, horrorosos

y hasta vergonzosos.

Casi tantos como aciertos.

Pero son mi vida.

 

Claro que tampoco quiero

renunciar a seguir

andando, avanzando...

 

Y por eso, me digo:

¿por qué no hacer algo más

para que lo por venir

sea MEJOR?

 

No sólo puede, sino

que ¡tiene que ser mejor!

Porque sino ¿para qué tanta

celebración de lo nuevo,

si no me ilusiono con ello?

 

Pero como nada es gratis,

habré de buscar,

cultivar,

apreciar y defender

una serie de cosas...

que ya he comprendido,

a lo largo de mis años,

que son claves

para que cada año nuevo

esté verdaderamente lleno de vida:

la verdad, el amor, la paz, la comprensión,

la amistad, la justicia y la alegría.

 
                                              José-María Fedriani

3 comentarios:

  1. Very nice post! Happy new year too!
    Have a lovely weekend!
    Cath.

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  2. Hola José María, me ha encantado el post, y sobre todo por lo intenso y cargado de emociones tanto como por la extensión. Realmente cuando haces un post, lo haces....no te paras a pensar cuantas letras o imágenes...dejas tu imaginación al libre albedrío.
    Me ha gustado mucho.

    Feliz año y buenos propósitos!!! a cumplirlos todos!!
    Rosa
    Un saludo.

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  3. La necesidad de tener objetivos, cosas nuevas, hace sentirnos vivos.Lo cierto es que muchas cosas no estan a nuestro alcance.
    El equilibrio entre los objetivos y las posiblidades, es una base par el equilibrio personal.
    Me ha gustado el aporte que haces sobre estas facetas aprovechndo el cambio de año.
    Que los años pro venir sean los mejores, entre ellos 2014. Para ti ,y en general.

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